Nora Jaikin, Biografia

"...Yo nací artesana, me crie en un taller de joyería y mis manos siempre crearon desde que tengo uso de razón..."

Las palabras de San Francisco de Asís describen mi idea al respeto, él dijo:

"...El que trabaja con las manos es un "Operario"

El que trabaja con las manos y la cabeza es un "Artesano"

El que trabaja con las manos, la cabeza y también le pone el corazón es un "Artista"

Para mi este oficio me ofrece la posibilidad más amplia de poner el corazón en una pieza, Permitiéndome crear desde todas las técnicas. Me brinda la magia de la transformación de la materia prima en una obra y eso me conmueve..."

 

Mis primeros pasos en el oficio fueron creando muñecos de paño. Hace treinta y siete años. Buscando siempre combinar materiales como tela y madera o cerámica.

 

Experiencia como artesana

Mis años de artesana me llevaron a probar distintas técnicas. Hace cuatro años empecé a experimentar con masilla epoxi. Este material es todo un desafío, es difícil de trabajar por la rapidez del fraguado sobre todo en obras grandes, pero me brinda posibilidades increíbles por su flexibilidad y textura. En esta etapa utilizo además del modelado, pintura al óleo y vestuario, papel mache, reciclado entre otros elementos. Esta diversidad me abre grandes posibilidades para expresarme.

 

Nora Jaikin, Escultora

De la revista artesanos.

Había algo de destino manifestó de Nora Jaikin. Aunque su familia la imaginaba medica casi una impronta imposible de eludir, ella nunca pudo pasar del tercer año de la facultad. Siempre había sentido otras inclinaciones. Desde muy chica, cuando se entretenía en el taller de joyería de su padre limando o cortando trozos de metal, cuando admiraba su obra pequeña y perfecta, supo que sus manos podrían tener la habilidad de un cirujano pero que su sensibilidad estaba puesta en el hecho artístico. Lo demostró confeccionan muñecos de tela, muy originales y diferentes, hasta que las crisis y las importaciones en serie la obligaron a desistir. Profesora de gimnasia, pintora y ceramista de ratos libres.

 

Un día descubrió el taller de Javier Rubinstein y sus maravillosos personajes confeccionados con masilla epoxi y todo cambio, encontró en ese estilo de escultura hiperrealista y por momento tiernamente grotesca un vehículo apto para expresa sentimientos y mensajes: para denunciar una realidad social olvidada y para rescatar tradiciones muy antiguas, con una mirada conmovedoramente urbana.

 

A diferencia de su maestro, Nora no recreo personajes conocidos, prefiere modelar las pequeñas historias de seres anónimos, muy anónimos, que encontró o que quizá imagino en un puñado de viajes iniciáticos que hizo por el altiplano puneño, Esos seres humanos color tierra, casi aniquilados en su identidad más profunda, se convirtieron en la inspiración de Nora cuando recién comenzaba a dominar la técnica de la escultura con masilla

 

Dos años después de su obra "Nueve Lunas" obtuvo el primer premio en el 13" Salón de Mercosur Diógenes Taborda y su imagen fue el símbolo de una gigantografía sobre la maternidad. Fue apenas un anticipo, una muestra de la fuerza con que la artista manifiesta su solidaridad con esos pueblos olvidados. Apenas un grito que se multiplica en otros testimonios que merecen una oportunidad para denunciar el desprecio y el olvido al que están sometidos sus modelos reales.